tarde de sábado sin levar anclas
las ventanas sollozan
atrapadas por nubes oscuras
de tormenta
una música demasiado alta
hace vibrar la luz geométrica
que resbala sobre los tejados
entre claro y claro
corremos como lobos
jadeando hacia el sur
y escarbamos el asfalto con las uñas
buscando la primavera que se retrasa
mudamos nuestras huellas
desnudamos la piel
para que el viento purifique
los restos del invierno y los besos a
oscuras
un tigre de tiniebla
olfatea nuestros pasos
no muy lejos
un barco
traza estelas hacia otro continente
©
Fran Vádez, 24.03.13
Qué lejos está Estambul
ResponderEliminary nuestros sueños,
la ciudad se queda pequeña
para almas como las de Nin
o Miller,